Motomami y su deformación del lenguaje como recurso musical
Cancún, – Todo un aluvión críticas y severos reproches, cuando no insultos, por opinar de tal manera. Y es que a algunos les ha parecido sacrílego el artículo en que se comparaba a Rosalía con Góngora o Valle-Inclán, pero Alberto Torres Blandina razona con convicción su argumentación. El escritor y músico valenciano asegura que, efectivamente, Góngora o Valle-Inclán utilizaron la técnica de deformación del lenguaje para crear su propio estilo, lo que se denomina idiolecto literario. Y eso es también lo que ha hecho Rosalía en su espectacular nuevo álbum, «Motomami»: una técnica similar, pero adaptada a los modos de comunicación de las nuevas generaciones.
Nada nuevo en la música, el idiolecto literario ya se usaba en lo que se conoce como lunfardo, el lenguaje de los bajos fondos de Buenos Aires, de los malhechores, incorporado al tango. O el trap, que también utiliza el idiolecto propio de barrios bajos, donde se juntan muchos inmigrantes que incorporan su propio léxico, palabras que se van transformando y generando un idioma propio, lo que se conoce como koiné.
Rosalía, según esta argumentación del novelista y filólogo Torres Blandina, usa el lenguaje para dirigirse a su público, a los millenials, con un idiolecto o estilo propio llevado al límite, que incorpora el manga, el anime, el reguetón, expresiones en inglés y otros elementos con los que juega con mucho atrevimiento en «Motomami». Un álbum que propone un triple salto mortal tanto en el uso de las letras como en la estética sonora. Y al que tampoco le ha faltado entusiastas elogios, más allá de las críticas por hacer algo tan alejado de lo convencional.
Lo que verdaderamente molesta, asegura Torres Blandina, es que no seamos conscientes de que nos hacemos mayores y hay cosas que ya no entendemos. En lugar de asumirlo y dejarlo en un sencillo «no me gusta» o «no lo entiendo», optamos por el ataque y el desprecio al artista, en este caso a Rosalía. Pero la dura realidad es la incapacidad para entender cómo hablan y crean las nuevas generaciones.
Alberto Torres Blandina (Valencia, 1976) es profesor de literatura y de creación literaria. Ha publicado las novelas Cosas que nunca ocurrirían en Tokio (Premio Internacional Las Dos Orillas 2007, Premio de la Médiathèque Bussy Saint-Georges a la mejor novela extranjera publicada en Francia en 2010, finalista al Premio de la juventud Jean Monnet 2011), Niños rociando gato con gasolina (finalista del Premio Café-Gijón 2008), Mapa desplegable del laberinto (2010), y la trilogía Con el frío (2015), Contra los lobos (2016), Después de nunca (2019) y Jávea (2020). También es autor del libro de poemas Los cementerios vacíos (2019) y de la novela infantil El aprendiz de héroe (2009).