La principal preocupación del entorno político de Mara Lezama es, por supuesto, la campaña electoral inminente y la elección del 6 de junio. Pero ese equipo, que está en gran parte compuesto por profesionales de la política, sabe que el proyecto va a más allá de ese día. Se trabaja para ganar, pero también se trabaja para perdurar.
Las prioridades de Mara son similares: dedicarse a la gestión hasta el 15 de abril, cuando solicitará licencia, y de allí entregarse totalmente a una campaña que será agotadora, en todos los sentidos. La noche del 6 de junio no solo quiere saber que ha ganado, sino hacerlo de manera contundente.
Su estrategia, sin embargo, no se ha limitado a esos hechos inminentes. Cuando piensa en el día después, le dice a su círculo más cercano: “Voy a formar un gabinete menos ciudadano y más morenista”. Eso significa que habrá más morenismo en su segundo gobierno. Y que esa será una condición no negociable, aún cuando ella fuera por la gubernatura en 2022 y la reemplazara su suplente, la verde ecologista Ana Paty Peralta, en la administración.
Una potencial segunda gestión, entonces, sería de Mara y de MORENA; el Verde sólo sería un acompañante. Para decirlo en palabras simples: los principales cargos de la segunda gestión de Mara serán para morenistas y eso no cambiará aunque ella se vaya por la gubernatura.
Se trata de una decisión propia, pero que está avalada por el entorno más amplio de la alcaldesa, que llega, como se sabe, a oficinas del Palacio Nacional.
Ese entorno palaciego ha escuchado la queja de la alcaldesa sobre el impacto que tendrá en la campaña la decisión de que su suplencia y la sindicatura de la planilla recaigan en reconocidos verde ecologistas. “Es una decisión que se ha tomado de muy arriba”, le responden. Y no hacen falta más palabras.
Mara no tiene ninguna diferencia ni desconfianza con Ana Paty Peralta o Pablo Bustamante, su síndico. Pero entiende que, en las calles, esa referencia verde deberá ser explicada una y otra vez. Es una cuestión de formas y de aprovechamientos electorales.
EL MORENISMO AUTÉNTICO
Hay que ser claros: cuando la alcaldesa habla del impacto del Verde en la campaña, no se refiere al enojo circunstancial de un sector del marybelismo que quedó fuera de las candidaturas, y que hoy hace marchas y plantones.
Mara y su entorno consideran que ese sector no es realmente representativo del morenismo; es un grupo que se va aislando cada día más, buscando o generando una salida nada elegante de MORENA.
Ese grupo cumplió todos los peores pronósticos que se tenían de ellos. Tiempo antes de las decisiones por las candidaturas, voces muy destacadas de la política le advirtieron a Mario Delgado y Citlalli Hernández que Marybel y los suyos nunca aceptarían una derrota, y terminarían trabajando en contra del propio partido. Y así ha sido su derrotero, paso a paso.
A lo que Mara se refiere es al morenismo real, al que quizá no le gusta la alianza con el Verde, pero privilegia el triunfo de la 4T. A ese sector es al que va a responder generando un Gobierno de neto corte morenista si gana el 6 de junio.
El otro camino que sigue ese grupo de Marybel es el legal. Las impugnaciones al proceso interno ya están en los tribunales, pero el futuro político de esos recursos es sólo lograr una victoria moral. Todas las impugnaciones piden que se reponga el proceso interno. Si eso llegara a suceder, MORENA elegiría, al menos en los municipios más importantes, a los mismos que ya eligió.
Pero hay un dato real y que sí preocupa, y es la operación política que realiza el grupo de Marybel en los tribunales para tirar el proceso. Aunque luego el partido lo restableciera, ya se habría generado un caos político, que es lo que se busca. Esa es hoy la principal preocupación y ocupación del marismo.
LOS PROPIOS
Otro tema de preocupación de la alcaldesa es la situación de la dirigencia estatal de MORENA. La salida de Anahí González de la presidencia para ser candidata en el distrito 2 de Chetumal genera un problema, porque nadie va a permitir que Jorge Parra se haga cargo el partido. Pero como nadie hace nada, el resultado es que no hay conducción.
Mara quería que Anahí continuara en la presidencia, se lo dijo una y otra vez. Pero hay otros temas de fondo. Hay un dato que no se ha dicho, y que tiene mucho que ver con lo sucedido. El 7 de marzo pasado, hasta minutos antes de llevar las listas de ayuntamientos al Ieqroo, Anahí estaba registrada como suplente de Mara. Cuando llegó la orden del cambio por Ana Paty Peralta, inmediatamente se gestó una necesidad: la de resarcir a la ex regidora.
Hay quien dice, sin embargo, que todo eso no fue más que una puesta en escena. Según esa versión, siempre se supo que el Verde se quedaría con ese lugar, y que el nombre de Anahí era solo para reservar el espacio. En cualquiera de las dos versiones, hay mucho de negligencia. Sabían que MORENA se quedaría acéfalo y nadie imaginó una solución.
Esa situación ha generado este caos en MORENA, que Mara pide que solucionen. Hay un proceso interno abierto contra Parra, y el compromiso expreso con el CEN de enviar un delegado con funciones de presidente a Quintana Roo. Pero en las oficinas centrales de MORENA, agobiadas por caos diversos de todo el país, todo sucede de manera lenta y poco eficiente.
LOS EXTRAÑOS
En el bando de enfrente las cosas también se mueven. A una semana del inicio de la campaña, en el equipo electoral de Mara comienzan a distinguir algunos movimientos de estructuras electorales de Marybel hacia Fuerza por México.
También distinguen que el candidato del PAN-PRD, Jesús Pool, trata de captar al priísmo, pero le cuesta mucho más de lo que muestra en sus redes sociales. El cálculo que hacen es que el PRI va a mantener a muchos de los suyos, y que la dispersión del voto va a favorecer solo a MORENA.
Hasta ahí el escenario preelectoral. Lo que seguirá después del 6 de junio, si, como se supone, Mara gana la reelección cómodamente, es el inicio formal del arribo de la 4T a Quintana Roo.
En el ínterin de ese proceso, si Mara se decide por un Gobierno de neto corte morenista, podría generar algunos enconos. Para quien la ve como una solución de derecha y de izquierda, una administración puramente morenista no sería bien vista.
¿Qué pasará cuando ese variopinto universo en que se ha convertido su entorno electoral y político vea que Mara se viste definitivamente de MORENA? Es una incógnita de las tantas que habrá que resolver.
Alguien le consultó directamente a Mara que pasaría si la segunda mitad del sexenio de AMLO se convierte en una batalla abierta, frontal y sin reglas de la derecha contra el Presidente (algo que, por otra parte, ya ha comenzado a suceder). Directamente, la pregunta es que haría en ese caso.
“Yo no tengo más que agradecimiento con el Presidente; nunca le voy a fallar”, contestó Mara. No todos en su entorno, incluso algunos de sus principales impulsores, están seguros de que esa sea la respuesta correcta.
FUENTE: Mara prepara un segundo gobierno más morenista y menos “ciudadano” – La Opinión de Quintana Roo (laopinionqr.com)