La Acrópolis de Atenas está en peligro por el turismo excesivo
La Acrópolis de Atenas, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es invadida por turistas hasta niveles preocupantes que llevan a algunos a reclamar medidas para frenar el flujo de visitantes.
En el camino pavimentado a pies de la «Roca Sagrada», cientos de personas esperan bajo un abrasador sol matutino delante de la ventanilla de entrada.
«No esperábamos un gran número de turistas en junio. Creíamos que el pico se alcanzaría en julio», comenta sorprendida a la AFP Jackie Zachary, una turista australiana, asistente de ventas de profesión.
«La Acrópolis es magnífica, pero el número de personas es abrumador», afirma la estadounidense Caroline Kutek, de unos treinta años, operadora de servicio al cliente.
Después de dos temporadas arruinadas por la pandemia de covid-19 y un importante repunte en 2022, el número de turistas se disparó debido al inicio temprano de la temporada.
En mayo, entre 14,000 y 17,000 personas acudieron diariamente a admirar el templo del Partenón, en la cima de la Acrópolis, según el Organismo de Gestión de Recursos Arqueológicos.
Un salto de hasta 70% con respecto a mayo de 2022, asegura su director Ilias Patsarouhas.
Según las estadísticas griegas, el año pasado ya se había registrado un aumento de 85.7% en comparación con 2021.
Desde abril, el número medio de visitantes por día alcanza el nivel de agosto de 2022, el habitual «pico» turístico anual en Grecia, precisa.
El turismo excesivo afecta a la Acrópolis de Atenas
Grecia ha apostado por el turismo, un sector que representa casi una cuarta parte de su PIB, para reactivar una economía lastrada por una década de debacle financiera.
Los expertos del sector esperan superar este año el récord de 31.3 millones de turistas registrado en 2019.
Como en otros países mediterráneos, Grecia también empieza a alarmarse por los perjuicios del turismo excesivo y del inicio cada vez más temprano de la temporada alta.