Fall Out Boy se presentó en el Palacio de los Deportes
CIUDAD DE MÉXICO.- Con casi 25 años de carrera y más de 10 años de no pisar un escenario de la Ciudad de México, ayer Fall Out Boy se presentó en el Palacio de los Deportes, donde 15 mil personas se dieron cita sólo para ver a sus ídolos de la adolescencia.
Como si fuera su última oportunidad, Patrick Stump apareció en una cama de hospital, con batita y toda la cosa, sólo para revivir en el escenario del Domo de Cobre la rola Chicago Is So Two Years Ago, del disco debut Take This To Your Grave.
“Ciudad de México, han sido 10 años”, lanzó Stump en español solo para dar la bienvenida a sus fans, con los cuales se reencontró después de una década para hacerlos sentir como cuando encontraron en Fall Out Boy esa música con la cual se podían expresar, y una de las rolas que hicieron vibrar a los presentes fue Where Is Your Boy, con la que la banda comenzó a cantar a todo pulmón recordando esos años de rebeldía juvenil, en medio de una imagen de una casita en medio de un bosque nevado que se proyectaba en la pantalla del escenario
Sugar, We’re Going Down es de esas canciones que hacen a cualquiera que haya estado en los últimos años de su adolescencia y convirtiéndose en un adulto joven vibrara hasta la médula al escuchar los primeros acordes.
Otra de las canciones que al momento de su lanzamiento, allá por los primeros años de los 2000, fue Dance Dance.
Agradecen al público
“Gracias por estar esta noche con nosotros”, dijo Pete Wentz, bajista de Fall Out Boy, antes de que A Little Less Sixteen Candles, a Little More Touch Me, pusiera a cantar a sus fans que con sus gritos recordaban a esos primeros shows de la banda en México.
Un escenario al estilo de los teatros antiguos, con todo y cortina de terciopelo, y una pantalla proyectó a la banda, mientras Get Busy Living or Get Busy Dying (Do Your Part to Save the Scene and Stop Going to Shows) culminó el turno del álbum From Under the Cork Tree.
Con cartas de la lotería flotando frente a un universo lleno de estrellas llegó el turno de This Ain’t a Scene, It’s an Arm Race, la cual enloqueció a los fans que seguirían en el mismo tenor con Thriller, Ball The Doldrums y Thnks Fr Th Mmrs, en la cual la pirotecnia no se hizo esperar.
Asistencia completa
Lo que parecería un concierto relativamente con baja asistencia, con el paso de los minutos fue creciendo, señal de que muchos de los seguidores de Fall Out Boy lucharon por llegar al Palacio de los Deportes entre la lluvia, el tránsito y los contratiempos de mitad de semana.
Con un oso y un león en el escenario haciéndoles compañía, la banda no dudó en darle vida a Disloyal Order Of The Water Buffaloes y I Don’t Care, dos de las canciones que mantuvieron de pie al público gracias al disco Folie à Deux, sí el mismo nombre de la nueva película del Joker.
Hasta este momento, lo que estaba pasando era una especie de Eras Tour o un Arsenal completo, pero al estilo de Fall Out Boy, pues estaban repasando cada uno de sus álbumes.
Lo mejor de todo era ver a un montón de emos de nueva y vieja generación, señal de que el revival del género está en su pleno apogeo, así que fue un gran momento para que el grupo volviera a la ciudad.
My Songs Know What You Did In The Dark (Light Em Up) continuó en el mismo tenor de las llamas, el fuego y las explosiones que, si bien podrían llegar a molestar a algunos ya de edad avanzada, le dieron ese power que ha caracterizado a la banda por más de 20 años.
Cinta de Quentin Tarantino
Con imágenes de la cinta de Quentin Tarantino, Kill Bill, y un grupo de cinco porristas levantando sus pompones en señal amenazante, los originarios de Illinois hicieron un homenaje a quien en algún punto de la primera década del 2000 fue su musa… Uma Thurman.
The Kids Aren’t Alright fue el punto de inflexión en el show.
Las luces de los celulares se encendieron y se convirtieron en la iluminación necesaria para una rola que no suelen incluir en su setlist, pero que era necesaria para recuperar el tiempo perdido en México.
De la misma manera que lo hizo Inmortals.
The Last Of The Real Ones, fue una prueba de cómo una banda puede evolucionar hacia otros sonidos que no le restan, al contrario, suman, por eso es que algunos de sus fans no dejaron de apoyarlos en la rola que incluyó sintertizadores y una voz aguda por parte de su vocalista, quien durante toda su carrera ha intentado ser algo más que una banda emo.
Canción con piano
Y para darle un break a la banda y al público, Patrick se sentó en el piano para interpretar Sophomore Slum Of Comeback Of The Year, en la cual las luces de los celulares por supuesto no podían no encenderse convirtiendo el recinto de la Magdalena Mixhuca en un lugar con luz propia, mientras que la banda no dudó en darle vida a So Much (for) Stardust, canción que da nombre a su más reciente disco y a la gira.
Love Form The Other Side fue la rola previa para que los fans le dieran algo de vuelta a la banda. Con Fake Out, mientras la banda tocaba, los fans decidieron colocar papel de color en suds celulares para formar la bandera de México y regalársela la banda estadunidense como un detalle que, aunque no salió tan bien, la intensión fue lo que contó.
Y entonces lo que siempre pasa en cada show y en cada reencuentro con una banda… el concierto estaba por terminar.
“Este es un show muy especial. Cuando comenzamos la gira nunca pensamos en estar aquí”, expresó Pete, antes de cerrar con Centuries, The Patron Saint of Liars and Fakes y Saturday.