La NASA predice una explosión singular que no sucede desde 1946

Comparte

 ESTADOS UNIDOS.- Desde aquí a septiembre, los astrónomos de todo el mundo pondrán sus ojos sobre T Coronae Borealis. También conocida como ‘Estrella Blaze’ es un sistema binario situado en la Corona del Norte, a unos 3.000 años luz de la Tierra, compuesto por una enana blanca (un remanente del tamaño de la tierra de una estrella muerta, con una masa similar a la del Sol) y una antigua gigante roja. Esta última, no obstante, se está quedando sin hidrógeno a causa de su ‘vecina’.

Llegado el momento, la acción entre ambas provocará una explosión, una nova que será visible desde la Tierra a simple vista. “Es un evento único en la vida que creará muchos nuevos astrónomos, y les brindará a los jóvenes un evento cósmico que podrán observar por sí mismos, hacer sus propias preguntas y recopilar sus propios datos”, asegura Rebekah Hounsell, científica investigadora asistente especializada en eventos de novas en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt.

Este evento, conocido como nova, hace referencia a una explosión breve de una estrella colapsada conocida como enana blanca, que permanece intacta y libera material en un ciclo que se repite y que puede prolongarse durante años. Y la última vez que esto ocurrió fue 1946. Ahora, su comportamiento en la década previa es similar al ocurrido antes de la erupción de entonces.

“Hay algunas novas recurrentes con ciclos muy cortos, pero normalmente no vemos un estallido repetido en la vida humana, y rara vez uno tan relativamente cerca de nuestro propio sistema. Es emocionante tener este asiento en primera fila” añade Hounsell en un comunicado de la NASA. Aproximadamente, cada 80 años T Coronae Borealis sufre un evento explosivo.

Las gigantes rojas se forman cuando las estrellas agotan sus suministro de hidrógeno para la fusión nuclear y empiezan a morir. Se cree que, dentro de unos 5.000 o 6.000 millones de años, el Sol se convertirá en una gigante roja, evaporando los planetas del sistema solar al liberar capas de material. Con el paso del tiempo, estas gigantes rojas son cada vez más inestables, debido a su calentamiento.

Fue descubierta por Burchard, abad de Ursberg (Alemania), quien notó “una estrella débil que durante un tiempo brilló con gran luz”, indica el comunicado de la NASA. “La mayoría de las novas ocurren inesperadamente, sin previo aviso. Sin embargo, T Coronae Borealis es una de las 10 novas recurrentes en la galaxia. Sabemos por la última erupción en 1946 que la estrella se atenuará durante poco más de un año antes de aumentar rápidamente su brillo”, apunta William J.Cooke, director de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides de la NASA.

Las capas externas que desprenden acaban como materia en las estrellas enanas blancas, que se encuentran lo suficientemente cercanas para interactuar entre sí. Debido al intercambio de materia, la enana blanca se calienta hasta experimentar una “reacción termonuclear desbocada”, dando como resultado una nova. La primera detección de una explosión en este sistema tuvo lugar en el otoño de 1217.

En el momento en que la nova alcance su brillo máximo, será como si hubiera aparecido una nueva estrella, que será posible ver durante días sin necesidad de ningún equipo. Luego, su luz se irá apagando hasta dentro de otros ochenta años, cuando volverá a aparecer en un pequeño arco entre las constelaciones de Boötes y Hércules.